Chaco

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9000 hombres
mueren
defendiendo un pozo
y otro.

uno, que no tiene agua
nunca tuvo,
pero mantiene una ilusión
que no muere

otro, negro, oscuro,
sucio de sangre,
boliviana y paraguaya.

Vamos de nuevo a la batalla!
Que la Standard Oil comanda!

La guerra del Chaco
duele en el alma profunda
latinoamericana,
en la que aún siguen muriendo
soldados, hombres y pueblos
enteros en el gran Boquerón,
abandonados.

Recuperar el mar
es el deber nacional,
reza la marina,
en las aguas cerradas,
aguas sin rumbo,
del Titicaca.

La voz sórdida del pueblo
paraguayo, en cambio,
dice,
este desierto no vale
esas vidas.

La guerra sigue viva,
entre nosotros,
el oro negro nos hace
hermanos,
nuestra sangre,
la derramada
y la que corre
funde esa unión.




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No puedo decir ahora,
porque estoy escuchando,
y hasta que no lo tenga decidido,
no voy a poder hablar
que se me pase la junventud entera
porque no vale nada si es esfuerzo
perdido,
gastando todo lo que tengo
en algo que no saldrá
Mi verso se hace violencia
porque ahora se la verdá
de qué te vale la vida
si lo que haces es seguir
aceptando lo que te imponen
y aprendiendo a vivir por vivir
igual te vas a morir
tal como llegaste al mundo
y solito en ese segundo,
vas a mirar pá tras
y pensate bien ahora
lo que ahí vas a encontrar.

No es realismo socialista

No es realismo socialista,

es otra cosa.

Hoy se quiebra,

la voluntad de pisar el barro todos los días

en que el barro no lo pisa a uno,

la voluntad de hacer sonar seis cuerdas,

de hacer sonar seis mil palabras,

de hacer rimar seis versos,

de dar diez y seis besos a la misma

persona, en la misma noche,

de ir cinco veces por semana

a pagar en seis horas diarias

tu deuda con una sociedad

que no te quiere,

de aguantar el bajón tuyo,

el bajón de tu novia,

el bajón de tus amigos,

el de tus queridos,

el de los pobres,

el de los explotados,

de escuchar los seis discos

de despuès de 1966

de los beatles.

La solución siempre es dar,

nunca guardárselo.



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