miércoles, 21 de octubre de 2009

Aunque queramos, no podemos

Aunque queramos morir, no podemos

nos toca poner en pie, al mounstruo.

El mundo...

así como estaba nos lo entregaron,

en un principio, si lo aceptamos

fue sólo por curiosidad, ingenuidad,

alegría de lo nuevo, o dejadez.

Ahora que lo conocemos,

nos toca aceptarlo dos veces,

o mil veces negarlo.

Estamos arrojados a la vida

estamos a la vida arrojados.

Aunque quisieramos huir,

no podemos.


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domingo, 11 de octubre de 2009

Se cierra una etapa de noesrealismosocialista

Esto, que no pretende ser más que un archivo de poemas que voy escribiendo, incompleto, imperfecto, descuidado; sufre, como sufro yo, los cambios que me suceden. Hoy pretendo sepultar algo, que pretendo que de esa forma quede. Volveré sobre ello en el futuro, sin duda, pero mi regreso tendrá de ahora en más otro tono, como la de un largo recuerdo, una larga melancolía, pero ya no como el de un largo anhelo.

Si hay poemas que son buenos, son sólo los que son sinceros. Cuando se habla de poesía sigo sosteniendo una creencia, que es la de no intentar decir algo que ya ha sido dicho de una forma mejor, por alguien más.

Entonces cierro esta etapa, el nacimiento e infancia de éste archivo, muy ligado a un amor que no encontró su forma, y pereció en su intento sin fruto, con esto que dijo Enrique Cadícamo. Y un obligado reclamo a los que olvidamos a los grandes poetas nacionales:

Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida,
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor... pesar... dolor...

Hoy vas a entrar en mi pasado
y hoy nuevas sendas tomaremos
¡Qué grande ha sido nuestro amor!
Y, sin embargo, ¡ay!, mirá lo que quedó.



Roland.

domingo, 4 de octubre de 2009

Qué significa para mí...

Actuar como los hombres que quieren que sus vidas cuenten, que tengan aventura, romance, diversión, locura, solidaridad - pero de la de verdad- compromiso, amor, moverse por sentimiento de amor, como nos enseño el Che, hombre marcado por las estrellas, acontecimiento único en la maravillosa historia de la humanidad.

Aprender a amar a los hombres con sus defectos y a quererse a uno mismo y pedir mucho más a uno mismo de lo que alguien jamás se animaría a pedir, por pudor.

Leer, acercarse a las letras con ánimos de: divertirse, explorar la creación humana, asombrarse, formarse, ser cada día más cultos pero nunca sabios, mantener el verdadero espíritu aristotélico del filósofo como aquel que es amigo del saber, que tiende al saber pero que jamás será un sabio.

Conocer la ciencia genuinamente, sin prejuicios, aprender que el hombre es grande y ha hecho grandes cosas y sentirse uno con el espíritu de progreso, volver a nuestros fuertes valores de desarrollo y humanización, volver a la naturaleza. Conocer la técnica con amor a la capacidad de creación e imaginación del ser humano.

Admirar y aprender todo lo posible de la técnica, la tecnología, los nuevos desarrollos.

Apreciar los desafíos físicos, los retos intelectuales, y los retos morales. Lo que te pide que hagas un esfuerzo más, una pelea, una lucha que no termina, una lucha que podés evitar pero en la que te sumergís por: aventura, voluntad de superarse, saber que la vida termina con la muerte y que aquella no consiste en prevenir la última. Lo que te pide que sepas un poco más, no como un ejercicio de saber, sino como un deseo de ordenar el caos, de conocer lo que te rodea, de ser parte del arte, de conocer la grandeza de los poetas, novelistas, cuentistas, los grandiosos pintores de la vida. Nada humano puede sernos ajeno.

Retomar aquel espíritu decimonónico, roussoniano, de ser hombres y mujeres grandes.

Ser sensibles, en todo momento, en todo lugar.

sábado, 3 de octubre de 2009

Como los hombres buenos y nobles, que escribían como se sueña:
para siempre volverlo a hacer, te escribía hasta hace poco,
aún en mi fantasía, de sentir tu presencia. De volverte a ver.

Me perdía como débil soy,
en la meláncolía del alcohol y del dolor,
mi poesía triste, mala me salía
y mi pasito inseguro,
preguntaba a cada ida
cada vuelta, cada permanencia.

Ahora, otro amor me alumbra,
pienso en el tiempo que perdido,
esperándote,
sabiendo, como canta Zitarrosa,
que si no volvías
es que nunca ibas a volver,

Sin odios ni resentimientos,
sin recelos del indicativo pluscuamperfecto,
como vos y mi maestra de primario
más de una vez dijeron que debía conocer,
tu recuerdo, como querías guardo.

Qué más debía hacer, terminemos esta comedia,
vos me abandonaste y yo lo entendí, me queda el recuerdo,
siempre nostálgico, pero amargo ya no más, mi negra.




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