miércoles, 9 de diciembre de 2009

Aguas

Hoy no necesito, que me digas lo que tengo que hacer,

¡Capitan de éste barco!, diga, ¡por Dios!

¿Cuál es nuestro destino?

Hace tiempo hemos perdido el rumbo,

pero estas aguas que ves aquí,

y allá también, y aquellas rocas

de por allí,

son nuestras.

Son nuestras esas playas vírgenes,

nos las ganamos en combate franco,

con aquellos que se reían de nuestra convicción,

y también con lo peor,

de nosotros mismos.

¡Capitán! Diga, por Dios, diga que no ha perdido

la razón...

La única razón que alguna vez conocí

fue la que me lleva por estas aguas,

que son nuestras, esas playas,

que serán de nuestros hijos,

esos sueños, que revivirán

surgirán de los escombros,

atravesarán alamedas y avenidas,

destruirán prisiones.

Pero ahora navegamos, así que siga firme rumbo,

y no dude de que este barco lo comanda

un destino mucho mayor que uste'

y que yo.

Olvidese que uste' y yo siquiera existimos,

usté' vé a través de sus ojos,

yo mediante los míos,

uste' y yo somos sólo hombres,

somos restos de tiempo perdido,

sobre nuestros hombros descansa

un sueño largamente prohibido.



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